Originalmente, el croquet era un pasatiempo de la nobleza de Languedoc (Provenza, en el sur de Francia) en los siglos XII y XIII; Se dice que es Luis XIV, quien, lamentando no poder jugar allí en el invierno, tendría que jugarlo en una mesa, dando origen al billar.
La versión moderna de este juego se inventó en Irlanda en la década de 1830, siendo un pariente lejano del golf. Dos décadas después fue llevado a Inglaterra como un pasatiempo para la aristocracia. Para la década de 1870, el juego había llegado a todas las colonias inglesas. Es probable que el juego sea derivado de un juego de mazo y bolas llamado pall mall.
Fue una de las competencias disputadas en los Juegos Olímpicos de París 1900.
Es un juego en el que las diferencias entre hombres y mujeres, jóvenes y viejos, no aplican.
El número de jugadores puede ser: 1 contra 1 o 2 contra 2.
El objetivo del croquet es terminar la ruta preestablecida, con dos pelotas y en la dirección correcta pasando cada arco dos veces (primero en la primera vuelta y luego volver) y golpear la clavija.
Si se envía una pelota fuera del campo con un tiro de croquet, esto no implica necesariamente el final de la ronda. Después de cada tiro las bolas fuera del campo se ponen detrás en el juego a una yarda lejos del borde del campo en ángulo recto al punto de donde salió.
El partido es ganado según sea el caso:
En el juego clásico, el ganador debe anotar 26 puntos (12 saltos de arcos y peg, cada bola). Después del juego siempre tiene que haber un ganador que tiene que jugar contra todos los perdedores.
En el juego de 14 puntos, no hay camino de vuelta, entonces cada bola debe cruzar sólo seis pequeños arcos y llegar a la clavija.
También se puede jugar contra el tiempo: donde el ganador será el jugador que haya anotado más puntos.